En otras entradas de este blog hemos hablado de la importancia de planificar correctamente una revisión sistemática, como en los 13 pasos para la planificación de una revisión o en la explicación de la metodología de búsqueda según JBI. Hoy ponemos el foco en un momento clave del proceso: el primer paso que da el bibliotecario cuando comienza a colaborar en una revisión sistemática.
Antes de diseñar la estrategia de búsqueda definitiva, es imprescindible realizar una búsqueda preliminar exploratoria, identificar revisiones en curso en registros como PROSPERO y, a partir de todo ello, refinar y delimitar adecuadamente la pregunta de investigación. Esta fase inicial es fundamental para asegurar la pertinencia del trabajo, evitar duplicaciones y aportar valor a la evidencia existente.
Estos primeros pasos no siempre son visibles, pero son esenciales para que la revisión tenga solidez metodológica desde el inicio. El papel del bibliotecario en esta fase no solo es técnico, sino estratégico: contribuye activamente a que el equipo investigador formule una pregunta clara, contextualizada y alineada con la literatura disponible. Como se muestra en la imagen, incluso las herramientas de IA generativa pueden ser un apoyo en esta etapa exploratoria, aunque siempre deben usarse de forma crítica y complementaria, nunca como sustituto de las fuentes especializadas.
La inteligencia artificial (IA) está transformando profundamente todos los sectores, y el ámbito bibliotecario no es la excepción. Lejos de suponer una amenaza, la IA representa una oportunidad histórica para que los profesionales de la información reforcemos nuestro papel como guías y mediadores en un entorno informativo cada vez más complejo.
Tras más de 35 años buscando información científica, nunca hemos experimentado una transformación como la que nos ofrece la inteligencia artificial. Es el momento de aprovechar esta oportunidad y ser parte del cambio
Los robots no vienen a sustituirnos. Al contrario: los bibliotecarios somos hoy más relevantes que nunca, especialmente si sabemos evolucionar junto a estas herramientas. Gracias al apoyo de esta tecnología, los bibliotecarios podemos liberar tiempo para centrarnos en tareas más creativas y estratégicas, diseñando nuevas formas de compartir conocimiento y facilitando el acceso a la información. La IA proporciona a bibliotecarios y otros profesionales de la información nuevas oportunidades para mostrar nuestras habilidades y proporcionar aún más valor a los usuarios. Para ello debemos mantenernos informados sobre las últimas herramientas de IA y dominar el arte de la ingeniería de prompts. Solo así conseguiremos posicionarnos en vanguardia de la revolución de la IA.
La IA no nos reemplaza (los bibliotecarios), nos libera para pensar.
Los bibliotecarios estamos estratégicamente posicionados para destacar en esta nueva era. Dominamos el arte del algoritmo de búsqueda, que va mucho más allá de encontrar información: implica comprender las necesidades del usuario, anticipar preguntas y guiarlo a través de un océano de datos hacia fuentes fiables, pertinentes y de calidad. Esta habilidad nos permite no solo acceder a información de manera eficiente, sino también evaluar su relevancia y credibilidad, asegurando así que los usuarios reciban respuestas de alta calidad a sus consultas. Nuestra formación nos capacita para utilizar tecnologías avanzadas y estrategias de investigación que enriquecen la experiencia de aprendizaje de nuestros usuarios. También tenemos la responsabilidad de educar al público sobre cómo interactuar de forma crítica y segura con estas herramientas emergentes.
La IA puede generar una estrategia de búsqueda, sí. Pero solo nosotros sabemos si esa estrategia tiene sentido.
Los desafíos: veracidad, alfabetización, transparencia y privacidad
Uno de los principales riesgos de los grandes modelos de lenguaje es la ilusión de veracidad. Estos sistemas pueden generar textos que suenan correctos, pero que no necesariamente lo son. La IA no entiende el significado de lo que produce: simplemente predice cuál es la palabra más probable que debe aparecer a continuación.
El uso sin crítica puede llevar a la propagación de información falsa en la investigación. Por ello, es fundamental desarrollar una alfabetización en IA que permita evaluar críticamente tanto la información que proporcionan estas herramientas.
«La inteligencia artificial no reemplaza el juicio experto; sin embargo, tiene la capacidad de potenciarlo de maneras significativas y, en algunos casos, puede distorsionarlo de formas inesperadas.»
Es imprescindible mantener principios de transparencia sobre el uso de herramientas de IA y responsabilidad en la verificación de la información generada. Debemos establecer prácticas claras para citar apropiadamente el trabajo asistido por IA y garantizar que las contribuciones humanas y artificiales sean debidamente reconocidas.
La privacidad es otra preocupación importante cuando se trata del uso de IA. Los sistemas de IA dependen de grandes cantidades de datos, datos que pueden incluir información confidencial sobre los usuarios. El uso de herramientas de IA puede exponer una biblioteca a los riesgos de ciberseguridad.
Conclusión
Los bibliotecarios no seremos sustituidos por la inteligencia artificial. Seremos reemplazados, eso sí, solo si decidimos no adaptarnos. Pero si abrazamos el cambio, nos formamos y lideramos la adopción crítica de estas herramientas, podremos consolidar nuestro papel como actores clave en la revolución del conocimiento.
Si no estamos en la conversación sobre IA, otros decidirán por nosotros. La revolución ya ha comenzado. Es momento de estar al frente.
Los bibliotecarios tenemos poco control sobre la terminación de los proyectos de revisiones sistemáticas. Sin embargo, dado que la mayor parte del trabajo del bibliotecario se realiza al comienzo del proyecto, el tiempo y esfuerzo invertido es con frecuencia el mismo, independientemente de que el proyecto de revisión consiga publicarse o sea abandonado. Esta situación plantea importantes reflexiones sobre la naturaleza de nuestro trabajo, ya que, a pesar de la falta de control en los resultados finales, nuestro papel es fundamental para la calidad de la revisión. Además, nuestra capacidad para colaborar con investigadores y académicos desde el inicio del proceso no solo mejora la metodología, sino que también contribuye a establecer estándares que pueden influir en el éxito del proyecto. Por lo tanto, aunque los resultados puedan variar, la dedicación y el esfuerzo que aportamos son de enorme valor y forman parte integral del proceso de investigación.
Por eso, es importante tener presente la siguiente lista de comprobación o checklist antes de comprometer nuestra participación del bibliotecario en una revisión sistemática:
¿Pueden los investigadores describir claramente la pregunta de investigación?
¿Han establecido los investigadores criterios de inclusión y exclusión?
¿Parece que el alcance de la pregunta de investigación es manejable (no es probable que se obtengan demasiados estudios elegibles)?
¿Parece que la pregunta de investigación merece la pena (no es probable que no haya o que haya muy pocos estudios elegibles)?
¿Se ha preparado un protocolo?
¿Conocen y planea el equipo de revisión seguir las normas de buenas prácticas?
¿Está de acuerdo el equipo revisor con un enfoque de búsqueda exhaustivo (por ejemplo, búsqueda en todas las bases de datos clave, empleo de estrategias de búsqueda relativamente amplias)?
¿El proceso de selección, extracción de datos y evaluación del riesgo de sesgo-calidad implicará la decisión de dos revisores de manera independiente?
¿Parece el proyecto de investigación manejable para el número de miembros del equipo de revisión?
¿Son realistas y viables los plazos de revisión?
Bibliografía
Campos Asensio, C. (2024). Papel estratégico del bibliotecario en las revisiones sistemáticas. CLIP De SEDIC: Revista De La Sociedad Española De Documentación E Información Científica, (90), 19–32. https://doi.org/10.47251/clip.n90.150
McKeown S, Ross-White A. Building capacity for librarian support and addressing collaboration challenges by formalizing library systematic review services. J Med Libr Assoc. 2019 Jul;107(3):411-419. doi: 10.5195/jmla.2019.443.
La Colaboración Cochrane define revisión sistemática como la revisión de una pregunta formulada de forma clara que usa métodos sistemáticos y explícitos para identificar, seleccionar y evaluar de forma crítica las investigaciones relevantes, y para recoger y analizar datos de los estudios que se incluyen en la revisión. Se pueden utilizar, o no, métodos estadísticos (metanálisis) para analizar y resumir los resultados de los estudios incluidos.
Cada día se publican 11 revisiones sistemáticas, es un proceso laborioso que tarda en realizarse alrededor de 18 meses y en el que participan varias personas y se tienen que evaluar miles de artículos. La búsqueda en la literatura para la identificación de estudios, que es el fundamento de la revisión sistemática, es una tarea intelectual importante y que lleva un promedio de 6 semanas en desarrollarse.
Para el desarrollo de la búsqueda es necesario ser experto y tener habilidades de metodología de búsqueda. Al hacer la búsqueda bibliográfica hay que equilibrar entre la sensibilidad y especificidad y ha de ser lo suficientemente amplia, eficiente, actualizada y transparente. Además, hay que redactar la sección de métodos de búsqueda de la revisión y ser responsable del programa de gestión de la información.
Una vez tengamos el protocolo, es conveniente el registro del protocolo en PROSPEROpara que pueda ser revisado y reducir la duplicación innecesaria de esfuerzos entre los investigadores. PROSPERO es un registro prospectivo Internacional de Revisiones Sistemáticas. La inscripción es gratuita y abierta a cualquier persona que quiera realizar revisiones sistemáticas. Los protocolos Cochrane se cargan automáticamente en Próspero.
Acaba de publicar la revista JAMA (Rethlefsen ML, Murad MH, Livingston EH. Engaging medical librarians to improve the quality of review articles. JAMA. 2014 Sep 10;312(10):999-1000. doi: 10.1001/jama.2014.9263. PubMed PMID: 25203078.) un interesante artículo en el que recomienda la colaboración de los bibliotecarios médicos en los artículos de revisión.
Esta colaboración queda reflejada en el siguiente cuadro:
Además, recomienda que cuando se está preparando un manuscrito para su publicación, el bibliotecario debe escribir la metodología y los resultados de la búsqueda. La información básica relativa a la metodología de búsqueda debe incluirse en el manuscrito principal, mientras que la estrategia de búsqueda completa debe estar en un documento complementario. El manuscrito principal debe incluir las bases de datos y plataformas utilizados, la cobertura temporal de la búsqueda, la fecha en que la búsqueda se realizó en primer lugar, los límites o filtros de búsqueda utilizados en la estrategia de búsqueda, los métodos de actualización y las fechas realizadas asó como los calificadores del buscador. También debe indicarse si la estrategia ha tenido peer-review por otro bibliotecario. Así mismo se debe especificar si no se utilizaron límites de búsqueda.
Los bibliotecarios que ayudan en el proceso de revisión deben redactar la parte de la sección de resultados de un manuscrito que se refiere a los resultados de búsqueda. Los resultados deben incluir el número total de documentos que se encuentran antes y después de la eliminación de duplicados y el número de materiales eliminados en cada etapa del proceso de revisión. Deben incluirse diagramas de flujo que representen los materiales encontrados, incluidos o excluidos en el manuscrito.
El artículo concluye afirmando que los bibliotecarios médicos juegan un papel central en la asistencia a los médicos para acceder a la literatura médica necesaria para proporcionar cuidados a los pacientes. También pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de la redacción de alta calidad y revisiones sistemáticas, la construcción de estrategias de búsqueda, gestión de referencias, la revisión de las referencias para la inclusión, la documentación de la metodología de búsqueda y la contribución a la redacción del manuscrito final. Tener un bibliotecario médico estrechamente implicado asegura que la revisión sea exhaustiva y su metodología reproducible. Los bibliotecarios médicos aportarán su experiencia al proceso de revisión basado en su comprensión de la literatura médica, los métodos de búsqueda y las directrices y los criterios de revisión. Su neutralidad y experiencia pueden ayudar a minimizar el sesgo en el proceso de revisión, lo que lleva a artículos de revisión más robustos e imparciales.